viernes, 19 de agosto de 2011

Día 14 - 16 de abril

Las famosas playas de Malibú

Los Ángeles había agotado todo lo que podía darnos. Ahora, dos años después, estoy convencido de que esta ciudad tiene mucho más que ofrecer, siempre y cuando vayas con la billetera por delante. Para nosotros fue una decepción, pero quién sabe, a lo mejor en un futuro le damos otra oportunidad.

Decidimos salir pronto de Los Ángeles para volver a nuestro punto de partida, San Francisco. Desde Los Ángeles a San Francisco conduciendo hay unas 6 horas por la vía principal pero nosotros decidimos ir por la costa para conocer las famosas playas Californianas. Santa Mónica, Malibú y Santa Bárbara eran nuestros destinos.

El tiempo no acompañó, estábamos en el mes de abril, y pese a que Mabel se dedicaba a repetir una y otra vez que si te tumbabas a ras de suelo, no se pasaba frío, la verdad es que no estaba el día para broncearse. Sin embargo sí disfrutamos de la playa. Todo era como estar en un capítulo de los vigilantes de la playa... las casetas de los socorristas, el muelle con las casetas de feria y la montaña rusa, la pareja paseando a su Golden Retriever... tan sólo nos faltaron las patinadoras cañón con el tanga rosa chicle. Supongo que se estilarán más en verano y por eso no vimos a ninguna chica que cumpliera este tópico.

Por la tarde llegamos a San Francisco. En la entrada a la ciudad tuvimos un nuevo percance con la policía que se saldó sin multa gracias al buen inglés que demostraron Olga y Mabel que iban sentadas en el asiento de adelante... al parecer nos colamos sin pagar peaje por el carril para autobuses. Cuando el sheriff nos paró nuestras chicas, combinando su gracia española con su erotismo latino se hicieron las tontas lo suficiente para que el policía acabara sonriéndolas y diciéndoles "ok, today you have a free ride", que si se saca de contexto puede sonar bastante mal, pero que tan sólo quería decir que por un día la suerte estaba de nuestro lado y no íbamos a pagar la multa que ya tenía nuestro nombre.

No acabaron ahí las aventuras con nuestro coche. Dentro de San Francisco Olga nos introdujo por varias calles en sentido contrario, lo que provocó la histeria dentro de la furgoneta. Suponemos que sería cosa del cansancio de llevar varias horas conduciendo.

La tarde-noche en San Francisco fue bastante tranquila, un paseo una vez más por el muelle en el que aprovechamos para mirar cómo ir a visitar Alcatraz el último día y vuelta al hostel, donde Judith se encontró con una desagradable sorpresa en forma de lesbiana cabreada que la obligó a dormir con el resto de chicas en su habitación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario