viernes, 19 de agosto de 2011

Día 16-18 de abril

De vuelta a casa

16 días después, 40 hamburguesas más tarde y 5000 kilómetros a nuestras espaldas, era el momento de regresar a casa. Nos levantamos temprano ya que teníamos que dejar el coche en el aeropuerto antes de coger el avión. La verdad es que nuestra pequeña furgoneta, protagonista de esta aventura estaba en unas condiciones terribles... tantos días bajo el polvo del desierto, rodando por inhóspitos parajes y sufriendo pestilentos gases en su interior habían hecho mella en nuestra pequeña.

No sólo la suciedad era visible exteriormente, también esa rueda deshinchada que llevaba desde la mitad del viaje dándonos problemas, nos tenía preocupados. ¿Nos harían pagar algún recargo? Por suerte no tuvimos problemas. Dejamos la furgoneta y nos dirigimos hacia nuestra terminal. Fue justo aquí donde nos despedimos de MJ, ella cogía otro avión que hacía escala en Chicago sólo durante una hora, ¿podría coger el enlace o sería ella quien tuviese un movido viaje de vuelta? A todo esto hay que recordar que MJ vino con una minibolsa de viaje pero se iba con una "enorme" maleta de Betty Boop comprada en Los Ángeles... si le obligaban a facturar esta maleta estaría perdida. Por suerte, o por desgracia, ya que nos hubiera encantado ver a MJ tirada en el aeropuerto unas horas, consiguió coger su enlace perfectamente.

Nosotros hacíamos escala en Nueva York (quién me iba a decir que lo volvería a visitar tan pronto) y allí tuvimos nuestra última tentación... una noche de hotel gratis y 600 dólares en vuelos para aquellos pasajeros que no les importase quedarse en Overbooking un día... una oferta muy tentadora que Mabel estaba totalmente dispuesta a coger para hacer una visita relámpago a Nueva York.¡Cómo se nota que no tuvo que vivir 24 horas en el aeropuerto de Atlanta! Finalmente decidimos declinar la oferta y volver a España... no podíamos faltar más días al trabajo, pero sinceramente viéndolo ahora en la distancia.... ¡qué tontos fuimos! teníamos que haber cogido la oferta de la compañía.

Cuando llegamos a casa, yo me encontré una noticia terrible... mi carta con la declaración de hacienda diciendo que tenía que pagar 3500 eurazos! Dicen las malas lenguas que ni tan terrible noticia pudo con mi jet lag, que me dejó frito en el sofá abrazado a la carta...

Un viaje increíble con mis cinco chicas que lo dieron todo durante más de dos semanas.

Día 15 - 17 de abril

Todos a chirona

Estaba claro que este viaje tenía que acabar como realmente acabó, con todos nosotros en la cárcel. Menos mal que tan sólo fue una visita a la que posiblemente sea la cárcel más famosa del mundo, la prisión de Alcatraz.

Nuestro último día en Estados Unidos comenzó con una visita al barrio chino para hacernos con algunos regalos a buen precio. La mañana fue libre y cada uno acabó por su lado para finalmente juntarnos todos para comer. Si se quiere comprar algún detalle, lo mejor es ir a las tiendas de los chinos y buscar camisetas a buen precio, las hay hasta bonitas y a precios competitivos.

A primera hora de la tarde cogimos el ferry que nos llevó a Alcatraz. Creo recordar que la visita no eran más de 20 euros y es totalmente recomendable. Cuando llegas te dan una audioguía que te explica algunos de los episodios más famosos de esta cárcel, los motines, los intentos frustrados de fuga y la vida de algunos de los criminales más famosos que vivieron en aquel lugar.

Lo cierto es que para ser una prisión Alcatraz no es especialmente lúgubre. La cárcel, la más segura del mundo según decían, fue cerrada debido a su alto coste de mantenimiento. En su interior podía verse recreada la vida en las celdas, pero también fuera de ellas, ya que la isla también albergaba las casas de los funcionarios que trabajaban en la prisión. Desde la Isla, puede verse una panorámica preciosa de la bahía de San Francisco.

Intentamos que Judith se quedase ahí dentro, pero no lo conseguimos. Nuestro último paseo por San Francisco y de vuelta al hostel para descansar la última noche.

Día 14 - 16 de abril

Las famosas playas de Malibú

Los Ángeles había agotado todo lo que podía darnos. Ahora, dos años después, estoy convencido de que esta ciudad tiene mucho más que ofrecer, siempre y cuando vayas con la billetera por delante. Para nosotros fue una decepción, pero quién sabe, a lo mejor en un futuro le damos otra oportunidad.

Decidimos salir pronto de Los Ángeles para volver a nuestro punto de partida, San Francisco. Desde Los Ángeles a San Francisco conduciendo hay unas 6 horas por la vía principal pero nosotros decidimos ir por la costa para conocer las famosas playas Californianas. Santa Mónica, Malibú y Santa Bárbara eran nuestros destinos.

El tiempo no acompañó, estábamos en el mes de abril, y pese a que Mabel se dedicaba a repetir una y otra vez que si te tumbabas a ras de suelo, no se pasaba frío, la verdad es que no estaba el día para broncearse. Sin embargo sí disfrutamos de la playa. Todo era como estar en un capítulo de los vigilantes de la playa... las casetas de los socorristas, el muelle con las casetas de feria y la montaña rusa, la pareja paseando a su Golden Retriever... tan sólo nos faltaron las patinadoras cañón con el tanga rosa chicle. Supongo que se estilarán más en verano y por eso no vimos a ninguna chica que cumpliera este tópico.

Por la tarde llegamos a San Francisco. En la entrada a la ciudad tuvimos un nuevo percance con la policía que se saldó sin multa gracias al buen inglés que demostraron Olga y Mabel que iban sentadas en el asiento de adelante... al parecer nos colamos sin pagar peaje por el carril para autobuses. Cuando el sheriff nos paró nuestras chicas, combinando su gracia española con su erotismo latino se hicieron las tontas lo suficiente para que el policía acabara sonriéndolas y diciéndoles "ok, today you have a free ride", que si se saca de contexto puede sonar bastante mal, pero que tan sólo quería decir que por un día la suerte estaba de nuestro lado y no íbamos a pagar la multa que ya tenía nuestro nombre.

No acabaron ahí las aventuras con nuestro coche. Dentro de San Francisco Olga nos introdujo por varias calles en sentido contrario, lo que provocó la histeria dentro de la furgoneta. Suponemos que sería cosa del cansancio de llevar varias horas conduciendo.

La tarde-noche en San Francisco fue bastante tranquila, un paseo una vez más por el muelle en el que aprovechamos para mirar cómo ir a visitar Alcatraz el último día y vuelta al hostel, donde Judith se encontró con una desagradable sorpresa en forma de lesbiana cabreada que la obligó a dormir con el resto de chicas en su habitación.

Finalizando una tarea de hace dos años

Han pasado más de dos años desde la última entrada en este blog. Sin embargo, y siguiendo el refranero español, nunca es tarde si la dicha es buena. Muchas veces se me ha pasado por la cabeza acabar este blog, contar nuestras vivencias durante los tres últimos días en la costa oeste de los Estados Unidos. Hoy por fin he decidido pasar a la acción. Aprovechando la inauguración por tercer año consecutivo de un blog "porcuatroduros", me dispongo a contaros el final del viaje que nos llevó a la costa oeste de Estados Unidos. No os perdáis los preparativos de nuestra última aventura en indiaporcuatroduros.blogspot.com

sábado, 18 de abril de 2009

DÍA 13 - 15 DE ABRIL

De compras y de grandes emociones

Un nuevo día en Los Ángeles se presentaba ante nosotros, el último en esta ciudad. Por la mañana las chicas buscaron en Internet un buen outlet de los varios que hay en Los Ángeles mientras yo buscaba un cybercafé donde imprimir los tickets de entrada a Six Flags Magic Mountain. Sacando las entradas de este parque por Internet nos ahorrábamos 20 dólares y las colas de entrada, la oferta era bastante suculenta.

Antes de partir nos despedimos de nuestros compañeros de Alicante que partían esa misma mañana hacia Las Vegas. A las 11 estábamos en el coche camino del centro comercial Camarillo situado en Las Posas en la interestatal 5. Allí dejaríamos a las chicas y las recogeríamos sobre las 20. Entre Los Ángeles y este Outlet había más o menos una hora en coche, y entre el Outlet y Six Flags Great Mountain, otra hora, así que llegamos a Six Flags sobre las 13,30.

De lo que hicieron las chicas en el Outlet tan sólo tenemos el video final de sus compras. Lo que sí sabemos es que las nueve horas que estuvieron allí no se les hicieron para nada largas y que cuando ya cayó la noche y nos estaban esperando en la calle se estaban calentando con sus propias Visas, quemadas de tanto usarlas.

Six Flags Great Mountain es para Judith y para mí lo más parecido a nuestro concepto de paraiso. Más y más montañas rusas a cual más espectacular y enorme. Y cuando digo enorme me refiero a que cada viaje en cada una de estas máquinas de placer y vértigo podía durar más de dos minutos. La montaña rusa del New York, New York en Las Vegas palidece frente a estos monstruos.

La emoción nos embriagó a todos cuando vimos el perfil del parque de atracciones recortado al fondo del valle. Aquellas montañas rusas estaban esperándonos y el tiempo no era mucho. Hubo algunas que tuvimos que descartar con muy buena pinta ya que el tiempo que teníamos era escaso, una pena.

De entre las que probamos las mejores fueron Tatsu, una montaña rusa que te colgaba y hacías el recorrido literalmente volando, el desafío de Enigma, una enorme montaña rusa en la que ibas de pie y notabas la fuerza de la gravedad más que nunca y Superman, una pared vertical que te ponía de 0 a 120 kilómetros hora en tan sólo tres segundos para volver a caer de espaldas.

La decepción del día vino cuando fuimos a probar X2, el último concepto de montañas rusas. Nos encontramos con que la atracción estaba cerrada debido a los fuertes vientos que había pese a que había estado abierta por la mañana. Todavía tenemos que soportar los lloros de Judith por no haber podido probarla. También se nos quedó en el tintero Goliath, una enorme montaña rusa con una caida espectacular y Colossus, la típica montaña rusa antigua y americana que tantas veces hemso visto en las películas.
Sólo por este parque de atraccione merecería la pena volver a Los Ángeles. La anécdota del día vino cuando salimos del parque y estuvimos buscando el coche durante más de media hora porque no lo encontrábamos en el aparcamiento. Llegó un momento en el que llegamos a pensar que nos lo habían robado o que con la emoción lo habíamos aparcado mal y se lo había llevado la grúa. Estábamos temblando pensando en cómo contárselo a Mabel y Encarna. Finalmente el coche apareció y pudimos volver a recoger a las chicas.

Con el grupo de nuevo reunido, fuimos al hostel a cenar algo y hacer una nueva incursión en Los Ángeles. En esta ocasión nuestro objetivo era ver West Hollywood y los barrios pijos de Bevery Hills, Melrose Place y Bel Air. La excursión no fue del todo en vano. Melrose Place no merecía mucho la pena, pero algunas de las casas de Beverly Hills sí eran bastante espectaculares. Una pena haberlas visto de noche, tal vez este barrio sí hubiese merecido visitarlo de día.

En el hostel Olga, Judith y yo decidimos ducharnos y dejar preparadas nuestras mochilas para los próximos tres días, nuestros tres últimos días de aventura americana. Al día siguiente teníamos preparado un día de playa en Santa Mónica y Malibú siempre que el tiempo nos lo permita

DÍA 12 - 14 DE ABRIL

Hollywood Boulevard

El día más glamouroso del viaje comenzaba, o eso creíamos. Era el momento de explorar la ciudad de los sueños. Lo cierto es que nuestro hostel estaba ya en Hollywood Boulevard, pero aquello parecía más un polígono que el famoso y opulento paseo de las estrellas, así que pensábamos que simplemente estábamos bastante alejados del auténtico paseo de la fama y que la famosa calle realmente empezaría más allá.

Después de un desayuno a base de tostadas y Cheerios, salimos del hostel dispuestos a patearnos la ciudad. Al poco de salir vimos a lo lejos el famoso cartel de Hollywood en lo alto de una colina tal cual lo hemos visto retratado cientos de veces en la televisión y el cine. Pasado el concesionario de coches junto a nuestro hostel, comenzaron las estrellas a pasar bajo nuestros pies. La sensación de glamour, riqueza y lujo era básicamente nula. El paseo de la fama, el famoso paseo de la fama, ¡se encuentra en un polígono industrial! la decepción fue mayúscula. A los lados, gasolineras, 7eleven, tiendas de tatuajes y algún cine perdido con películas y espectáculos en cartelera. Ni palmeras, ni gente guapa, ni luces de colores iluminando las fachadas de espectaculares teatros.

Las estrellas en su mayoría son desconocidas. Hay más de 2000 repartidas en 5 categorías, cine, teatro, música, televisión y radio y la mayoría de los famosos que se encontraban representados eran desconocidos para nosotros. Cada año se dan 25 estrellas más a gente que todavía no se encuentra en el paseo de la fama. Cualquier persona puede nominar a otro, así que el año que viene presentaré mi candidatura, creo que soy más conocido que muchos de los que estaban allí.

A diez minutos del hostel se encontraba la famosa escalera de incendios en la que Richard Gere iba a buscar a Julia Roberts al final de Pretty Woman. Un poco más allá vimos un revuelo de gente y varios fotógrafos y cámaras, así que pensamos que tal vez fuéramos a tener suerte y viéramos a alguien famoso. Nos acercamos corriendo para ver qué es lo que ocurría y sí, así era, estaban dando una estrella post mortem al Beatle George Harrison. El revuelo de la gente no nos permitío ver quién estaba allí, aunque posteriormente nos enteramos por la página de El Pais, que allí estaban Tom Hanks y Paul McCartney. Nosotros como el All my Loving lo preferimos cantado por Los Manolos, tampoco le dimos mucha importancia y seguimos nuestro camino.
A poco minutos de allí andando se encontraba el famoso Kodak Theatre, y allí llegó nuestra segunda decepción, ¡es un centro comercial¡ Vale, es un centro comercial con tiendas bastante pijas y para gente pudiente, pero no es más que un centro comercial. Está claro que luce mucho más en la tele con dos Oscars Gigantes uno a cada lado y una alfombra roja en medio. Lo bueno del centro comercial es que desde la cuarta planta encontramos una pasarela frente a las letras de Hollywood desde las que poderse hacer una buena fotografía. Como curiosidad, la estrella de Antonio Banderas se encuentra bastante bien situada casi en la puerta del teatro.

A su lado se encuentra en Teatro Chino, desde donde se entregaban los Oscars hasta hace poco tiempo. En el suelo del teatro chino están las manos y pies estampadas de algunos famosos. Lo cierto es que el teatro chino es bastante más bonito que el Kodak Theatre, al menos más original. Además estaba engalanado ya que Zack Efron, el protagonista de Hight School Musical estrenaba película esa misma tarde allí. Más allá, cientos de estrellas se repartían por las aceras del polígono. Al menos pudimos respirar algo del aire glamouroso de Hollywood antes de volver al hostel a comer.

De camino al hostel Olga, MJ y yo caimos en el consumismo americano. Las chicas se compraron ambas nuevas bolsas de viaje. Mención especial merece la maleta de MJ con motivos de Betty Boop. Desde que se la compró no duerme pensando en si tendrá que facturarla en el viaje de vuelta. Con los 45 minutos que tiene tan sólo para hacer el intercambio de aviones en Chicago, tenerla que facturar significaría perder el avión de vuelta a España y tener que vivir la pesadilla que ya vivimos Judith, Encarna y yo del Stand by. Compañeros de Isban, no la esperéis el lunes.
Yo por mi parte me compré un estúpido juego de electroshocks que nos ha dado bastante juego durante el viaje y que estoy deseando probar con nuestros amigos en cuanto lleguemos a España.

¿Y el resto de Los Ángeles?

Después de comer en el hostel y electrocutarnos durante un rato (qué juego tan divertido), fuimos a buscar una buena vista de las letras de Hollywood en la que hacernos más fotos, para algo que es como habíamos visto en las películas había que inmortalizarlo. A través de un barrio residencial, en el que aprovechamos para hacer la compra de la cena en un supermercado carísimo con lechugas a 4 dólares, llegamos a una montaña que subiéndola a pie, encontrábamos la vista definitiva del famoso y mediático cartel. Allí un cartel avisaba del peligro de ser atacados por serpientes de cascabel, pero eso no impidió que nos hiciéramos mil y una fotos. Juntos, individualmente, de dos en dos,... Antes se podía subir por un sendero hasta casi las letras, pero desde hace algún tiempo está prohibido.

con la noche ya cayendo, era el momento de conocer algunos de los barrios más famosos de Los Ángeles. Después del buen sabor que nos dejó el Chinatown de San Francisco, donde se podían comprar souvenirs a muy buen precio, pensamos que sería muy buena idea visitar el barrio chino de Los Ángeles. No sé si llegamos demasiado tarde, eran las 20 o así, pero lo cierto es que la mayor parte de las tiendas y restaurantes estaban cerrados. Tan sólo estaban abiertas dos tiendas con productos demasiado chinos para nuestro gusto (incluidos unos playeros usados y sucios). Como estábamos solos entre aquellas pagodas y templos de palo, decidimos volver al coche y dirigirnos a Little Tokio a ver si estaba algo más animado antes de acabar siendo Chopsuey.

Little Tokio era tan soso como Chinatown pero con algunos restaurantes de Sushi abiertos y con algo más de gente. Una pena que nos hubiésemos comprado la cena, al menos podíamos haber comido algo distinto a las hamburguesas, las ensaladas césar y los burritos omnipresentes durante todo el viaje. Al menos Chinatown tenía los típicos edificios chinos, pero Little Tokio no. Con la decepción del barrio japonés, ni siquiera intentamos ir al barrio filipino. Fuimos directamente al distrito financiero para tener algunas bonitas fotos de los rascacielos de Los Ángeles de noche.

Entre rascacielos y rascacielos por no haber, no había ni coches. Eso sí, las luces de las oficinas de los rascacielos estaban en su mayor parte encendidas, tal vez la gente siga trabajando hasta las 22 de la noche, aunque nos parece poco probable. Varias fotos después nos dimos cuenta de lo que mucha gente ya nos había advertido, Los Ángeles es feo, feo y con muy poco glamour. ¿Dónde vivirá la gente de esta ciudad? suponemos que a las afueras.

Con la decepción de la ciudad, fuimos al hostel a tener el mejor momento del día, la cena a base de huevos fritos, bacon y salchichas que nos preparó Judith. Después de la cena, y mientras estábamos en el animado patio del hostel con nuestros amigos de Alicante haciendo la colada, se nos planteó una pregunta: viendo el fracaso de ciudad que es Los Ángeles, ¿Qué íbamos a hacer al día siguiente? La respuesta nos llegó rápido. Encarna y Mabel irían al Outlet a quemar la Visa cual Pretty Woman mientras el resto nos iríamos a Six Flags Great Mountain, un maravilloso parque de atracciones a una hora de Los Ángeles con algunas de las más salvajes montañas rusas jamás construidas. Está claro que este viaje es el de los parques temáticos. Al menos el último día en la ciudad parece entretenido.

viernes, 17 de abril de 2009

EXCLUSIVA - ALGO MAS TERRORIFICO QUE STRATOSPHERE

En este viaje hay algo que nos ha aterrorizado aún más que Stratosphere. ¿Quieres saber qué es? Pulsa en el video


Bueno, tampoco fue para tanto, pero hay que reconocer que somos bastante miedosos todos.