sábado, 11 de abril de 2009

DÍA 7 - 9 DE ABRIL

Camino del Gran Cañón del Colorado

Nos hemos levantado cansados, muy cansados. No hemos dormido más de 5 horas y ya estamos de pie rumbo al Gran Cañón. Después de un tanque de café para espabilarnos, ha venido el siguiente quebradero de cabeza, encajar nuestras maletas y nuestras compras en el maletero del Grand Caravan. En un primer momento este maletero parecía más que suficiente para los seis, pero después de haber desabastecido de Converse al condado de Nevada, parece que se ha quedado pequeño.


Una vez en ruta, nuestro siguiente destino era Flagstaff, un pueblo cercano al Gran Cañón. Por el camino los típicos paisajes de las películas del desierto, paradas en distintas gasolineras y fotos con las montañas.


Nuestro objetivo era encontrar en Flagstag alguna excursión en avioneta por el Cañón, pero no fue hasta bastantes kilómetros después, en el aeropuerto del Gran Cañón donde se encontraban todas las compañías que ofertaban una visita al cañón a vista de pájaro. Por la hora en que llegamos, poco tiempo nos faltaba para poder coger la visita. El espacio aéreo del aeropuerto cerraba a las 18 y eran las 17,10. Al final cogimos una excursión en avioneta de 40 minutos por 124 dólares, unos 95 euros.




Visto y no visto. Fue pagar al chico del mostrador y subirnos en la avioneta con el mismo hombre. Nuestra vida estaba en manos de Jeff, el conductor. Casi mejor así para no pensar en lo inestable y peligrosa que puede llegar a ser una avioneta. El vuelo incluía incluso una audioguía en castellano del Gran Cañón. Después de unos primeros momentos de nerviosismo en el despegue y acostumbrarnos a los pequeños bandazos que daba la delicada avioneta, llegó el momento de relajarse y disfrutar.








Un enorme bosque de pinos se mostraba ante nosotros, y al fondo, de repente el Gran Cañón del Colorado mostraba su majestuosidad. Habremos visto miles de fotos de este monumento natural, pero ninguna capta al 100% la belleza de este lugar. A alguna chica se le saltaron incluso las lágrimas de la emoción de poder ver lo que el río Colorado ha hecho durante millones de años.


Al otro lado del cañón una enorme llanura y bajo nuestros pies, pese a lo inhóspito del terreno, más de 250000 indios siguen viviendo en el que ha sido su hogar por siglos. Pese a las fotos y a los videos, que intentan captar la belleza de una de las siete maravillas naturales del mundo moderno, nada consigue representar mínimamente lo que hemos visto con nuestros ojos. Sin lugar a dudas, lo mejor de todo el viaje hasta el momento.







Un reencuentro sorpresa

Cuando bajamos, todavía de día, decidimos ir a ver un atardecer dede el Gran Cañón, así que sin dudarlo cogimos el coche y pusimos rumbo al parque. Desde allí dos miradores increíbles nos permitían asomarnos desde cerca a lo que habíamos visto desde el aire.

En el segundo de los miradores tuvimos una gran sorpresa. ¡Germán y Begoña estaban allí! Para los despistados, Germán y Begoña son los chicos estudiantes de Granada y Toledo que pasaron nuestra primera noche con Encarna, Judith y conmigo en el aeropuerto de Atlanta. Después de unos 2000 kilómetros nos hemos encontrado con ellos y hemos aprovechado para intercambiar los teléfonos y los mails para enviarles las fotos que tenemos con ellos. ¡Chicos! Si os conectáis al blog dejádnos algún comentario, que nos haría mucha ilusión.




De ahí, y después de que Begoña nos quitase la idea de dormir en el parque como pensábamos (ellos tuvieron que dormir 12 en una habitación ya que no había ningún lugar donde alojarse), pensamos que lo mejor era bajar ya hacia Phoenix rumbo a las reservas indias y San Diego. Para despedirnos del Gran Cañón, esta maravilla de la naturaleza nos ha obsequiado con una luna enorme y luminosa que nos ha acompañado durante un buen trozo de camino.




Después de conducir hasta las 21 de la noche más o menos, decidimos parar en un hostel en Camp Verde. La habitación nos costaba 60 euros y tenía pinta de tener un buen desayuno. El cansancio hizo que no saliéramos ni a cenar. Todos nos quedamos dormidos como buenos chicos a las once de la noche como mucho, el cansancio empieza a hacer mella y era un buen momento para descansar y relajarse.

1 comentario:

  1. hOLAA!! pOR si no os acordais soy Begoña, la chica estudiante de Toledo que tras 2000km nos encontramos en aquel atardecer en el cañon del coloraoo.Mandarme algo a chustifary@hotmail.com y algun dia que tengais libre nos vemos por Barajas o en cualquier otro aeropuerto nacional y nos cenamos unas pizza dando gracias siempre a a la VIrgen del Ipó

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